Descargarme escribiendo y dibujando a veces no servĆa mucho. Las palabras no bastaban para sacar todo lo que en mi interior se iba acumulando de a poco. La Ćŗnica manera era cuando sacaba con furia y dolor las lĆ”grimas, cuando resbalaban por mi mejilla y era incapaz de frenar. Tirarme en mi cama, ponerme los auriculares y llorar era una rutina que se repetĆa cada tanto. TenĆa a mis amigos, podĆa llamarlos y sabĆa que iban a venir pero no eran sus abrazos o sus oĆdos lo que querĆa, necesitaba los de esa persona especial que no se encontraba en mi vida. Por ese motivo muchas veces me odiaba. Me odiaba porque era demasiado anticuada y superficial al elegir a alguien que llenara ese lugar en mi vida. TenĆa esa terca obsesión de un amor que durarĆa para ¿siempre? o que no me lastimarĆa jamĆ”s. Trataba de dejar esas ideas de lado y asĆ poder estar con alguien una vez, pero algo dentro mĆo me detenĆa o creĆa no tener la suficiente confianza y seguridad y nunca daba el siguiente paso por miedo a caer al vacĆo. Otro de los motivos era que algo dentro mĆo me decĆa a gritos que esa no era yo, tenĆa razón, por eso volvĆa a estar como ahora, sola y cargando un apodo que lastimaba.
Sin embargo hace dos aƱos ese dolor comenzó a desvanecerse, empecĆ© a tener paz en mi corazón y alegrĆa.
Ese dĆa que tropecĆ© en la calle fue cuando todo comenzó. Me ayudó a recoger las carpetas y mis libros, le agradecĆ y me fui con su sonrisa plasmada en la cabeza. Cuando lleguĆ© a la escuela le contĆ© a Alba lo sucedido, todo gracias a mi costumbre de arrastrar los pies y dejarme llevar por la mĆŗsica. Mientras caminĆ”bamos hacia el salón, lo vi. Estaba ahĆ, con nuestra preceptora a un lado de la puerta del salón. CaminĆ© junto a mi amiga observando la situación y entrĆ© en el aula. Tal vez recuerdo las caras de ellos riĆ©ndose o cuando fue que corrĆ al baƱo a llorar pero lo que siempre me voy a acordar es esa foto mĆa que recorrĆa todo el salón y con "mi apodo". A la hora estaba en mi casa, mis papĆ”s fueron a recogerme a la escuela y aĆŗn estaba en el baƱo con Alba y Thiago, mi mejor amigo. Cuando lograron que saliera e iba con mis papĆ”s, vi que Ć©l se acercaba a mis dos amigos. No pude escuchar lo que hablaban pero mĆ”s tarde me enterĆ©. Alba llegó a la tarde con Thiago a mi casa y me dijeron que el chico ese era nuevo, se llamaba Bruno y habĆa preguntado por mĆ. Esa noche era una de las tantas que dormĆ feliz.
AlgĆŗn dĆa tenĆa que volver a pisar esa aula, nadie mencionó nada y esperĆ© que la situación se desvaneciera. VolvĆ a ocupar el lugar de siempre con la diferencia que esta vez mi amiga se sentaba a mi lada y Thiago con Bruno. Era raro no tener a mis amigos atrĆ”s y verlos sonreĆr cada vez que se abrazaban.
Las semanas de clases pasaban y Bruno me caĆa mĆ”s que bien. Lo querĆa demasiado, era una gran persona y un muy buen amigo. Ćl me ayudaba a sobrellevar las burlas que aĆŗn seguĆan en el curso pero como pasĆ”bamos tiempo juntos las burlas se empezaron a intensificar y nos tocaban a nosotros dos. Reconozco que me comencĆ© a alejar de Ć©l y trataba de evitarlo cada vez mĆ”s pero Alba habĆa visto esa situación e ideó un plan.
Un fin de semana nos juntamos en casa de Thiago para pasar la tarde y fue cuando pasó todo. Mis dos amigos nos dejaron encerrados en una de las habitaciones y empezaron a decirnos que hasta que no hablÔramos no iban a abrir.
Esto lo recuerdo como si hubiera sido ayer, su mirada, sus ojos verdes clavados en los mĆos, sus brazos rodeando mi cintura y atrayĆ©ndome hacia Ć©l. Luego agarrando mi cara y nuestros labios uniĆ©ndose en un beso. El tiempo pareció detenerse, me querĆa quedar asĆ para siempre. No me habĆa dado cuenta que cerrĆ© mis ojos hasta que los abrĆ. Su sonrisa era imborrable y hasta hoy la sigue haciendo como aquel dĆa.
DespuĆ©s de eso me di cuenta que era el momento de dejarme llevar, que el amor llegaba en el momento menos pensado y por la persona menos pensada. Tal vez ese fue su objetivo cuando nos cruzamos ese dĆa en la calle, nuestro destino era estar juntos, no lo sĆ©. Lo que si sĆ© es que me ayudó a superar mi confianza y me dió seguridad.
Mientras escribo todo esto lo estoy mirando mientras duerme a mi lado. Nunca me va a alcanzar la vida para agradecerles a mis amigos por lo que hicieron esa tarde. Y también agradecerle a Bruno por alojarse en mi corazón y poner mi mundo patas para arriba.
Angie ❤
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